Personalmente, yo quise acercarme un poco más a la cruda realidad y decidí hacer un voluntariado en Ecuador, un lugar donde sí hay verdaderas necesidades, y donde se sufre en ocasiones la carencia de los recursos básicos, como la alimentación, el vestido, la salud o la enseñanza. En concreto me encuentro en un pequeño pueblo llamado Tanicuchí perteneciente a la provincia de Cotopaxi, cerquita del volcán llamado con el mismo nombre. En este lugar se fundó hace un tiempo una Fundación llamada “Reinas de Tanicuchí”, formada por un grupo de mujeres cuyo objetivo era ayudar a los niños que provienen de familias con grandes necesidades. Esta Fundación tiene en la actualidad a tres centros infantiles funcionando donde acude diariamente una media de 225 niños repartidos en los tres centros. Cada centro se encuentra en una población diferente, en este caso son Tanicuchí, Santana y San Pedro; son pequeñas aldeas situadas a no más de 10 minutos en coche entre ellas, por lo que el trabajo es común y siempre está interrelacionado, de manera que hay apoyo entre unos y otros.
Llevo dos meses de voluntaria en Tanicuchí, donde puedo observar cada día la gran diferencia que existe aquí respecto a mi país, y que por mucho que uno imagina, solo cuando eres capaz de observar con tus propios ojos tan de cerca puedes darte cuenta de la triste realidad. Quiero aprovechar, ahora que me encuentro aquí, in situ, para transmitiros mis sentimientos y mi gran ilusión por ayudar a estos niños en todo lo que me sea posible. Y obviamente esto no puedo hacerlo sola, pero gracias a dios tengo gente en mi país, amigos de corazón que me conocen bien que se que están dispuestos a ayudarme y en los cuáles tengo una confianza ciega. En este caso, la persona que te está entregando este documento es precisamente una de ellas, y es que si no fuera por su ayuda la información no llegaría hasta ti.
Sé que en ocasiones hemos escuchado que las ong’s o algunas fundaciones no destinan el dinero recaudado a los verdaderos fines, beneficiando su propio interés. En este caso no es así, todo el dinero recaudado llegará a mis manos y yo personalmente me encargaré de hacer las compras necesarias en este país y de repartir cualitativamente los recursos entre estos niños. Cuando hablo de recursos me refiero a pañales, toallitas, ropa, mantas para las cunas, jabón para bañar a los niños, material didáctico, y todo lo que sea necesario para que los tres centros puedan ir avanzando.
En estos centros se trabaja con niños de 0 a 5 años, la mayoría provienen de familias indígenas que viven en las montañas o en los páramos, donde no tienen ni siquiera agua caliente para bañar a sus hijos o incluso dinero para comprar pañales. Yo trabajo en la sala de bebés y es duro cuando en las mañanas me llegan algunos de ellos sin pañal son sus necesidades hechas encima, con la ropa sucia o la cara llena de legañas y mocos, porque los papás no se han molestado en limpiarles. Yo, con toda mi fuerza e ilusión me preocupo por bañarlos a primera hora y asearlos, cuando me encuentro que no hay ropa limpia para ponerles o tampoco jabón para ducharlos. Y en las ocasiones que lo he hecho he llegado a bañarles en un fregadero porque no hay una simple bañera de plástico que esté en condiciones, y calentando el agua en una olla previamente. Este es solo un ejemplo de que en ocasiones la falta de recursos me limita a la hora de hacer mi trabajo o desarrollar mi empeño a la hora de cuidar a estos bebés. Tampoco sería justo echar toda la culpa a las familias debido a que la mayoría de papás y mamás tienen una media de 4 hijos, y deben trabajar los dos durante jornadas de ocho horas para poder alimentar a sus hijos. La mayoría de las personas aquí trabajan en plantaciones florícolas, donde son explotados y cobran la humilde cantidad de 200 euros mensuales en los mejores casos, y de primera mano sé que con ese dinero es imposible mantener a una familia en este país, que a veces no resulta ser tan barato como se piensa.
Me tomo la molestia de explicar todo al detalle, lo que siento, lo que pienso, lo que veo, para que os llegue la información de la forma más sincera y cercana que sea posible. Mi objetivo con este comunicado es hacer una recaudación de dinero, que posteriormente con la ayuda de mi familia desde España, me será enviado al Ecuador, donde me encargaré de administrarlo de la mejor forma, y os aseguro que no será de otra manera. No importa la cantidad, puesto que sea cual sea no será jamás en vano, se trata de que muchas personas colaboren de forma honesta, no de que unos cuántos donen grandes cantidades. Sobre todo busco gente como yo que sea capaz de entenderme. Gente joven con un corazón solidario y con ganas de poner su granito de arena para que el mundo poco a poco sea un lugar mejor.
Confío en tu ayuda, si te llegó la información es porque tienes un gran corazón. Esto será una demostración de que la gente joven de este mundo tiene buenas intenciones, al contrario de lo que mucha gente piensa hoy en día. Sea cual sea la cantidad recaudada lo sabrás y te enseñaremos como tu aporte ha sido de gran ayuda aquí.
Desde ya y de parte de todos los niños, trabajadoras y mía mayormente TE DAMOS LAS GRACIAS DE CORAZÓN. “Recuerda que todo lo que das de forma desinteresada la vida te lo devolverá de la forma que menos esperas”
Merche Blanco González, una voluntaria en el Ecuador.
EL NÚMERO DE CUENTA AL QUE PUEDEN HACER LA DONACIÓN ES:
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX (pònganse en contacto conmigo en facebook)