miércoles, 2 de noviembre de 2011

AMIGOS, FAMILIA Y COCINA

Los dos últimos fines de semana no he salido fuera, tan solo el pasado viernes fui en la noche a Latacunga, digamos la ciudad que tenemos más cerca, a media hora en bus. Fui con los voluntarios del proyecto Sierra flor, que está a 45’ en bici, entre ellos está mi querida amiga Mariana de México, de las mejores amiga que he hecho desde que estoy aquí =). Fuimos a cenar a una pizzería, típico plan de los viernes, cansados ya de tanto arroz entre semana. Y después nos quedamos Mariana, una chica de EEUU muy simpática y animada y un chico cubano que trabaja como profesor en el proyecto. En total son casi 16 voluntarios que viven en dos casas, eso sí, no están en ningún pueblo, sino en el medio del campo, con unas bonitas vistas al Cotopaxi. Este centro infantil tiene unos buenos recursos y digamos que centra su propósito en dar una rica y exclusiva educación a sus alumnos. Por ejemplo, la chica de Taiwan enseña chino, una chica de EEUU enseña arte, y así, para que os hagáis una idea, no todos los niños pueden permitirse ir a este centro. Por eso también tiene buenas instalaciones para los voluntarios. En fin, a lo que iba, que nosotros cuatro nos quedamos y fuimos a una discoteca a bailar! No podía irme esa noche porque era mi primera oportunidad después de tanto tiempo de bailar salsa con un cubano, y es que cómo echo de menos el baile……=(, creo que es las cosas que peor llevo, aquí la gente no sabe bailar, exceptuando a este chico, obvio. Lo pasamos genial, y hablamos muchísimos, recordando momentos de la vida, él tiene su novia en España, así que imaginad cuántas cosas en común y tantos temas de los que hablar. Fue una bocanada de aire fresco, lo necesitaba.
Al día siguiente volví a Sierra flor en bici. Mi amiga Mariana no iba a ninguna parte ese fin de semana tampoco y queríamos hacer un plan europeo, qué mejor que cocinar pasta, y ver una película americana con una taza de chocolate =). Y así fue, con la excepción de que casi pasé todo el fin de semana allí y además para nuestra suerte, el amigo cubano preparó un gran arroz “cubano”, con patacones de plátano y carne en salsa, dios, exquisito. Disfrutamos de una gran comida en una buena compañía que siempre es importante, y con  su correspondiente sobremesa hablando sobre la vida. Estábamos Mariana, Yarló (el cubano), y un chico y una chica de España también, recién llegados como voluntarios igual. Muy majos todos. En definitiva, un gran fin de semana un tanto europeizado. Me encantó.
El domingo mismo plan pero cambio de papeles. Esta vez fue Mariana la que se vino a Tanicuchí conmigo y mi familia. Nos reunimos todos en mi casa y cocinamos entre todos un gran menú típico ecuatoriano. Choclo (maíz cocido); chuletas a la parrilla; arroz; pulpitos de salchicha; salsa de queso y mahonesa, ambas hechas por la abuela completamente caseras y en directo; jugo de Guayaba; papas fritas y ensalada de aguacate. Toda una mañana cocinando, mezclando ideas y sabiduría culinaria. Mereció la pena, de ley, lo pasamos en grande y saboreamos manjares. Fue un placer, una tarde familiar. De mis planes preferidos siempre, comer rico rodeada de buena gente. En la tarde fuimos a ver un partido de fútbol entre pueblos, típico aquí los domingos, aunque son mucho más intensos y se lo toman bastante en serio hasta el punto de casi pelearse…:S. De ahí, y aprovechando para dejar a Mariana en Sierra flor en coche, fuimos antes hasta la piedra “Chilintoza”, una gigantesca piedra con unos dibujos preciosos que representan a una virgen. Esta piedra tiene una importancia especial, y es que fue la más grande que desprendió el volcán Cotopaxi en su última erupción, hace casi cien años. Divertido domingo, en el que por supuesto no podían faltar las tortitas de maíz de Guaytacama =), de las que ya os contaré detalles más adelante.

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