DÍA 1

Día 18 de Sept.

Son las 6:30 de la mañana aquí en Quito, (hora española, 12:·30), la luz comienza a bañar la ciudad, por la ventana veo el cielo azul entre los claros de las nubes, de momento blancas..., aquí amanece muy temprano, pero creo que me vendrá bien para el tema de madrugar.

No estoy despierta porque no pueda dormir, sino más bien porque no tengo más sueño, cuando me he desvelado y he sido consciente de que estaba durmiendo en Quito, en Sudamérica.., no he querido dormir más! Estoy demasiado impaciente por salir a la calle y explorar este mundo hoy, por primera vez.

Como aún no hay nadie despierto en la casa, he decidido escribir y contaros qué tal fue todo ayer, mi viaje interminable...=), me siento inspirada y con ganas de recordarlo...

Amanecí en Madrid con mi familia, y directos al aeropuerto de Barajas. Sinceramente el día anterior había estado más nerviosa, pero ayer, aunque parezca raro, no lo estaba. Lo peor, la despedida, es de esperar, lágrimas y abrazos, y los consejos de última hora de mis papás..., que nunca vienen mal escuchar =) A pesar de la tristeza del momento, estaba feliz, ahora sí estaba completamente sola tras pasar la puerta de embarque, y fue una sensación única de que sabía que justo ahí empezaba mi aventura; mi gran mochila a la espalda y mi ordenador pegadito a mí. No quería pensar en lo que había dejado atrás, sino en lo que me esperaba por delante, sé que lo que dejó atrás seguirá cuando regrese, es un hasta pronto nada más, así que mamá, por dios te pido, quédate tranquila, y alégrate por mí, todo va a salir bien.

Bueno, por fín, dentro del avión, pasé todo los controles y lo único que me quitaron fue el gel de ducha...xD, no podía creerlo, ya sabéis que tengo un poco de gafe con los aeropuertos, pero esta vez nada podía estropear el momento. Mi compañero de vuelo, un chico de Holanda, negro! Jajajaj, el único negro del avión y se sienta a mí lado..., en fin, el universo..., jajajaj. Tenía que contarlo porque al principio cuando vi que su asiento era a mi lado me empecé a reír yo sola, como si fuera una cámara oculta!xD. Un chico joven, y atractivo, por lo que las 11 horas de vuelo no iban a estar tan mal al fín y al cabo...=) . Estuvimos hablando mucho, él viajaba por gusto, tenía amigos quiteños que lo esperaban, y un viaje organizado de tres semanas en las deseadas Islas Galápagos, qué envidia me dio cuando me lo contó...Él ya había estado en Quito antes y había cruzado el charco, por lo que me contó muchas cosas que me vinieron bien saber. En fín, el viaje pesado, largo..., normal, 11 horas sentada, tan solo levantándome para ir al baño y pasear unas tres veces..., las útlimas horas se hacián interminables y me dolía el culo, los riñones y las piernas..., peeeeeeeero, estaba llegandooo! Y desde la ventanilla entre nube y nube me di cuenta de que el océano se había acabado y sobrevolábamos Brasil.

Fín del trayecto, no podía creerlo. Mis pies iban a pisar la Tierra querida y soñada desde hace tiempo, ya desde el avión pude observar la hermosura de Quito, aunque estaba bastante nublado, como era de esperar. Tuve la sensación de estar dentro de un libro, de alguna película, de esos que he leído o he visto tantas veces antes de mi viaje, donde me empapaba de información previa. Mi amigo holandés, Raúl, no me dejó sola un instante, pasamos la aduana y recogimos las maletas hasta dirigirnos a la puerta. El aeropuerto de Quito es bastante pequeño, y más teniendo en cuenta que salí desde el de Madrid, en el cual tuve que tomar incluso un metro desde la puerta de embarque hasta mi avión. En el aeropuerto de Quito tan solo hay una puerta de salida, por lo que imagináos cómo fue para salir toda la gente del avión, que iba hasta los topes, por una misma puerta. Lo primero que me sorprendió fue la cantidad de familiares que había esperando con grandes pancartas donde habían escrito algo como..."Bienvenida a tu tierra Olga, no te vayas más", "Lorenzo, hoy podremos abrazarte después de 7 años"...., cosas que me ponían los pelos de punta la verdad, además se veía que los carteles estaban fabricados por niños..., y era todo muy tierno, muchísimos abrazos y gente llorando con todo su corazón. Es duro, tanto la inmigración, como la emigración.

Entre tantos carteles y aglomeración de gente, nervios y reencuentros..., un cartel! "Mercedes Blanco", esa era yo! Por fín! Estaba salvada!jajajaj. Me tranquilicé entonces y fui en busca de mi "retiradora". Me costó llegar hasta ella, la gente estaba como loca en el aeropuerto, y no te dejaban pasar..., dicen que es el espíritu de los ecuatorianos, el caos forma parte de la rutina, pero lo peor es que caos parece solo desde fuera, porque a ellos no les estresa nada, se respira "el tranquileo y la despreocupación" de la gente. Al fín llegué hasta Rosario, una mujer de unos 50 años que venía con su esposo, ella forma parte de la fundación y se dedica a "retirar" a los voluntarios de los aeropuertos =). Muy simpática, y con muy buena vibra. Sin embargo, la ciudad de Quito no pareció darme la bienvenida de la misma manera, porque os aseguro que fue salir por la puerta y empezar a caer el diluvio universal, así , como el que no quiere la cosa..., ya me lo decían..., en Quito suele llover casi todos los días!xD, por lo tanto, no me sorprendió...

En coche, y a lo loco, llegamos a la casa de voluntarios, donde César, el encargado, un chico joven que vive allí siempre, me estaba esperando con su amigo Gustavo, porque después se iban a ir de fiesta =) Me explicó dónde están las cosas y cómo funciona todo en la casa y me presentó a un chico de Londres que está viviendo aquí para aprender español, Saimon. Ellos se fueron y yo me quede sola en mi habitación, la cual estaba en perfecto estado y limpia, al igual que toda la casa. Y bueno, cuando me quedé sola..., simplemente ALUCINÉ, y pude decirme a mí misma: "Merche, ya estás aquí", y AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! Hubiera chillado, pero no podía...xD Arreglé mi equipaje y coloqué mis cosas, y me sentí como en mi casa =). Además, tengo internet y mi propio cuarto de baño, qué más puedo pedir!?jajajaj. Cuando lo organicé todo bajé a una curiosísima tienda que hay en la esquina y compré una garrafa de 5 litros de agua, un champú y una pastilla de jabón para la ducha, ya que no tenía bote. Así que feliz de la vida, me di una gran ducha merecidísima con mi jabón ecuatoriano!jajajaj Y a dormir..., lo necesitaba =)

Ahora que ya os he contado mi día de ayer, voy a echarme otro ratito que parece que me vuelve el sueño...xD Y ya os contaré por la tarde qué tal será el día de hoy....=)

Mi familia, mi mayor tesoro.